No soy respuesta
en tu océano.
Me floto mojándome
el cabello y las letras.
Se empapan saladas
y al expresarse se sacuden
y se llueven un poco.
Mis ojos un poco heridos
cargados de sol,
saturados por soñarse en tu lumínico abrazo
se deshojan de a poco,
sus trazos rojos se despeñan
en un camino, en una historia
contada ya demasiadas veces.
En las sombras que tu oleaje esconde
me acurruco en semilla
gestando al menos
un rebelde deseo
que una estrella un día
no me cumplió.
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