A puerta cerrada te digo sin pena,
Que todavía caigo en las marañas
Sin forma que tiras como red.
Tratando sin fuerza el hacerme caer
En la dulce pena de tu carne hirviendo.
Y sigo cayendo, desmoronando.
Y recuerdo entonces cuando aun podía decirte no
Sobre la cara sin tregua que me diriges,
Como rey del firmamento
Al que juegas a ser.
Hechizando, persuadiendo,
Porque ese es tu papel.
El del As sin corazón,
El de espejo del olvido,
Manipulador de los ojos miel y boca de vino,
Trovador de mentiras,
Egoísta orfebre,
De una vida en lunas,
Tristes de diciembre.
De no ser por que vives en las canciones, en la poesía,
En el viento de la mañana que te abofetea y despierta,
En el aroma a sexo que levanta la noche,
En la tibieza de unas manos sin freno,
En todo lo que recuerdo,
Y en lo que aun no conozco
En ti.
A puerta cerrada te digo sin pena
Que jamás seré lo que un día fui.
Jamás después de ti.
Jamás después de ti.
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