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sábado, 17 de abril de 2010

En Tres


A Mauricio


Encerrado en lo mas profundo del pozo, sintió una gota que descendía por su sien, lentamente trazaba el camino como lágrima en redención. El calor de esa tarde de abril hacía resonar en su cabeza los delgados hilos de plata de SU voz, enredándose en sus heridas, vulnerando su único escape de la realidad.

En su ventana espiritual sobre su cabeza, las quimeras, las utopías, la ofuscación de un mar sin conclusión. En su garganta y envuelta en piel su nombre cruel. En sus manos limpias de sangre cobarde, su corazón en tres, tres retazos delgados y foráneos, dramáticamente ingenuos, irónicamente audaces.

En sus manos convulsionaban, pálidos pedían vida, clamaban pedazos de sol, gritaban silencios y prisas por un misero trago de amor. En sus ojos desconfianza, impotencia y una pizca de fé. En su cabeza una espiral de ideas que amenazaba en derrumbarle el sensatez y la conciencia.

Pero no hay tiempo de enloquecer - pensó- he venido a resucitar- resucitar gestos de limón y sal, miradas suaves con olor a miel, caricias de pan con un poco de jerez, jueces flagrantes del olvido, verdugos endémicos del dolor, sonrisas sobrevivientes y esperanzas guerreras, palideces de antiguas primaveras, premoniciones de anhelos y versos ciegos y sin dueño, todos han de despertar!

El avenir mas que lienzo en blanco es una aseveración, es un eterno sin estandarte, una promesa en desenfreno.

Desde arriba los árboles milenarios que oscurecían el fulgor diurno, escucharon el palpitar de una arrolladora determinación que se niega al quebrantar. Sedientos de milagros decidieronse mover, dejando entrar un ínfimo, esquelético, chorrito de luz silente que partiéndo en dos la espesa negrura se apresuró ligero a circundar a los retazos,  encendiéndolos, coloreándolos de firmamento, de victoria y de paz.

Y en esa tarde de oleos centrífugos hasta los árboles ardían de sed.
Enamorarse es un presagio gratuito.
Si tienes el valor de terminar en tres. 

**Pensando en ti como ahora pienso, solo he de decir, que no existe tormento que no termine en luz, en despertar. TQ

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