Entre las
palabras, entre la noche de rostro largo
flores de
aire se desvanecen en la lluvia.
La voz de
una pasión
se esconde
tras la sed de una ciudad en llamas.
El caudal
de sus miradas se escapa
ciñéndoles
la cintura en escombrosos recuerdos,
en montañas
de agua ,
en siluetas
de sal.
Y se
buscan mutuamente en el gemido incesante del arte
en la
espina dorsal de esa amante
que no se
deja conquistar
Sabían que
eran de otro tiempo,
de otra constelación.
Sabían sus
manos el recorrido de tierra entre sus sombras;
Retoños verdes
salían de sus pechos entrelazándoles el YO
quedando desnudos
siempre
el uno
frente al otro
en el
corazón de alguien mas
Vivir
cual parasito
de inviernos
sin el
tenue resplandor de la duda entre sus versos.
Puros y errantes.
Esperando el
siguiente encuentro
como dos
extraños
sumergidos
en la humedad del otro.
Dejando huellas
de aliento en los labios de vidrio
de la
gente que pasa en su prisa diaria.
Vapores de
mediodía,
Vientos de
complicidad.
En un 18
sin dueño cerca de la tibieza un abril etéreo
El amor y
el orgullo se aprendieron a amar.
lindo poema
ResponderEliminar