Déjame ser Dánae
en mis sueños de oro líquido,
de amor licuefacto,
de permanencia efímera
en mi vientre lúbrico.
Déjame porque lo añoro,
porque hay mas de virgen en mi
que solo mi cuerpo,
porque mi mente necesita también usurpador.
Déjame,
prometo ser lienzo de tibia blancura,
húmedo matiz de una piel sedienta
de los dorados trazos que tú prometes
Llámame Dánae
y derrámate sobre mí.
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