Las hojas en su tenue descencanto se mecen al son del tiempo. Testigos de generaciones aprenden como el amor arregla a su paso los quiebres en esta empedrada travesía. Al borde de su entendimiento, justo cuando creen haber descubierto el origen de la luz, se desprenden, etéreamente se elevan, el viento las despide con un vuelo errático para luego entregarlas a su destino , planean hasta tocar la fecundidad de sus propias tumbas. Se dirigen hacia la muerte danzando, respirando profundamente y con la mirada encendida. Al llegar le ve de frente y la abraza por largo tiempo hasta fundirse en ese abrazo inmortal con su madre.
Polvo eres…
....y me pregunto donde estarás y si nos volveremos a encontrar.
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