Te bebiste hasta la última gota de mi piel hasta derramarme en tus labios. Y con los ojos en el vacio suspiraste una vez, honda y precisa. Mi sabor inundo tu corriente sanguínea hasta dilatar los vasos en tu cara, enrojeciste y sonreíste en asombro. “Incluso cuando pierdo, no me he dejado vencer” escuchaste en tu mente mientras contemplabas mi vehículo terrenal, emblanquecido por la excedencia de entrega, languideciendo al compás de los segundos que marchaban militarmente. Tus lágrimas diluyendo la riviera roja y tu corazón, un puño alzado. Sobre la mano una espina y sobre la espina…una flor.
Yo que se de mariposas semifusas o de gorriones de los bosques sin voz. Solo se de aquella blanca que algún día fuese flor.
Hace tiempo sembré un tulipán a la orilla de la osa menor. Vuelvo de cuando en vez para mirarlo y que me mire con sus pétalos de sol. Vuelvo y le cuento mis quebrantos, mis fraguas, mis faros y mi espuma de mar, ella y su abrazo lluvioso mi sonrisa dibuja para que yo pueda de nuevo soñar.
Las flores nobles no marchitan aunque se les riegue con gotas de sal. Ellas transforman lo que tocan en música, en verso, en luna, n risueñas estrellitas de locura.
Un dia el tulipán abrió sus alas de ángel y voló.
Cada año mi luna le canta, aunque este año sea el primero de 100, cada año te diré sin falta lo mucho que te quiero mi querida Stef :)
Joyeaux Anniv Stef!
Y bueno hermanita ahi te fueron unas humildes rimas de anniversaire! Un abrazo!
Emiliano eleva sus ojos y el grisáceo cielo los atrapa. Amodorrada entre las nubes su mirada descansa, se pierde, escapa. Su pelo como acechando su cara bloquea su escape - ya hay que cortarlo- pensó, y se paso la mano para seguir su camino visual.
De pronto le vio, justamente al bajar la mano de su cabellera. Eras tu, en tu ropaje de fuego, eras en el cielo ominoso y surreal. Emiliano se froto los ojos incrédulo de haber sentido el abrasante calor de tus alas tan cerca, tan tangible. Se olvido de la tierra que pisaban sus pies, del aroma a pino que había por la cercanía de la reserva, incluso de María que le regalaba reojos escondiditos en risas desde la otra esquina; tu fuego le había hipnotizado. Y después de un instante, tan solo segundos, así como vino, desapareció. Aun recuerdo tu visita, efímera y esperanzadora, continua fresca como lluvia de madrugada . Su boca abierta, jadeante, no se explicaba el sentimiento -eso que quema dentro- pensaba. Sabia sin embargo que aquel era un mensaje, una reafirmacion de su camino, un consuelo en forma de flama.
Entonces Emiliano agradecido alzo de nuevo sus ojos, aspiro un buen poco de aire, los cerro y partió dejando orgulloso cenizas en cada huella.
Perdóname amor por haber pecado, por dejarte en este inesperado pasado lleno de augurios y promesas errantes, por volver de cuando en cuando a recoger mi imagen que se fuga cada vez que extraña tu voz, por tejerte ese beso de piel en la mano derecha y pensar que el destino de dos también son dos.
Al menos eso recuerdo de la nota que deje, la que me condeno a ser condenada, la que me destinó por siempre al claustro de los brazos de mi segunda pasión.
Que fácil es amar, no te parece? Me parece a la vez que nunca conocemos el amor. Siempre creemos que es el ajeno. Siempre se quiere otro color. Concluimos que si hubiésemos hecho ese encuentro, si tan solo hubiera escrito esa carta, si le hubiese sonreído ese día, Y si le hubiera aceptado la invitación? y en SIs se nos va la vida, tropezando y clavándonos los cristales, vestigios sublimes del corazón que andamos a cuestas. Uh! a veces tanto que pesa y a veces pluma de vuelo. Quien entiende al corazón sin dueño.
La verdad de todo es QUE EL DOLOR NO EXISTE. Y sí AGUADULCE, NO EXISTE! Me parece totalmente normal que queras inventarla, hasta sano diría yo! Pero eso ha cavado mi tumba. Yo que culpa de tu dolor, acaso vos no t equivocas? Mandaste a q me apresaran. A mí! A tu flor de pluma, al color de tu deseo. Mandaste a esos locos tras de mí, a los gritos desahuciados de tu cordura, creyéndose con la potestad de regalarme el destierro a los brazos de mi amante. No sé porque no me opuse al principio, solo me deje llevar. Me llevaron al estero y se sentaron en la costa a esperar mi ocaso, mis celajes agónicos, mis giros de espuma.
Abrazada al viento pensé en escapar. Pero cómo? Entonces me aferraba a él como esperanza ajena, él me enredaba en su caudal de escarcha haciéndome ceder y lentamente, olvidar. Remontamos en remolino hasta enterrarnos en una nube y hacerla llover a cantaros. La nube, deshecha en nostalgia, nos expulsó estrepitosamente al suelo, envueltos en un trueno con una velocidad atemorizante.
Yo pensaba en el estanque, en la risa de mi madre, en el sonido del arroyo y la mañana, pensaba en las clases de Historia de don Carlitos, en el chucho seco de la vecina que tanta bulla hacia y en algún desinteresado par de ojos cafés, de los cuales me preguntaba, aun estando en esta situación, su paradero. Suspire y cedí completamente, entregándome a sus poderosas corrientes y cayendo aun a más velocidad q antes. - Tienes que aceptarlo - me dijo al fin el viento- No somos mas que dos gotas de llanto en esta canción lluviosa- concluyo cuando finalmente nos sumergimos en las sales de lo que sería mi destierro.
Adonde se fue esa A que me precede? No lo sé. Pero, no me puedo quejar. A veces me reflejo en los ojos de los viajeros y en cambio les regalo un suspiro de espumoso oleaje. Por momentos, me aburro y juego con los bucles de la brisa y su risa ingenua, acompaño a los veleros y platico con las gaviotas o aun mejor! Me pongo a contar todos aquellos sueños arrojados, anhelos, plegarias, lágrimas, en fin todos esos ríos que como siempre terminan aquí. Y muy de vez en cuando me da por volverme niebla y sentarme en una roca a descansar, en medio de un bosque, extrañando la costa blanca de mi exilio.
Tú te quedaras esperando que salpique la negrura de tu abrigo cuando tu otoño marque las dos.
Yo no era quien para quebrarle el espejo en la cara, dos o tres rondas mas hubieran hecho la diferencia, pero eso no cambiaba el hecho de ser un imbécil. El rió y quitándose el pelo del rostro como movido por la satisfacción, se levantó de la mesa rumbo a su habitación escaleras arriba. La cruz de plata en sus manos llevaba el ritmo con la madera del maneral hasta que el sonido despareció en la penumbra.
En aquellos días todo el mundo se quejaba sobre si era una declaración urgente o no el irse en huelga, si la gente lo soportaría, el frio de ese invierno que tanto había durado, del desempleo, de cómo se nos agotaba la energía vital, del uso indistinto y malogrado de la palabra amor. Ya nadie vive de promesas, tal vez de mentiras, esas si han sostenidos a mas de algún inocente colgado de una nube de brisa.
Frente a mis ojos pasaron varias cosas que decir, pero nunca pretendí decirlas en voz alta, demasiada tinta se derramo hace dos días, tinta que ahora necesitábamos de nuestro lado. Suspiré, -Creí poder ganarle- pensé.
A veces no se que digo, ni que pienso, ni de donde sale tanta letra; ni si existo o si realmente me pinto el presente con el crayón vasto de mi viaje cerno. Vaya lastre el que arrastro, lastre de mar y margaritas, se deshojan, se despintan, se vuelven ceniza en mis manos claras, en mi muslo tierno, en mis alas blancas, se vuelven amor y descontento y todo con aroma a flor, todo con el pegamento del intento. Me he bordado yo misma mi destino en las retinas. Él lo ha visto en mis ojos y yo no he podido ocultarlo.
No se que acarreará, no se que invento me mojo en la candente seda de su veneno, quedando mi subconsciente al rojo intenso del rencor, a la espera de una lluvia temprana que me sumiera en la esperanza.
Ya nadie quiere pensar, todos me miran con preguntas en sus ropas, me arrojan miradas que se acumulan en mi mesa, vaya obligación! Intento pensar en culpables y sirenas. Fallo. Me froto las manos, inconforme.
En realidad, soy yo, esa ha sido en verdad mi decisión.
Con un movimiento suave de cabeza les di a entender que lo haría, aliviados pero todavía perturbados volvieron a sus elixires de ficción. Yo con mi cabeza baja me envolví en desolación. Quién diría que esto terminaría aquí, dándolo todo por los que nada han dado?
Me levanté llevándome al hombro su pañuelo, aspiré quedamente su olor a madera de sándalo y sonreí mientras sentía su salada afirmación explorarme la cara. Caminé a la puerta sintiendo el peso de sus respiraciones bajo mi piel. La oscuridad me golpeó la mejilla al cruzar aquel umbral, ese olor a decadencia, el polvo pegándose al sudor nervioso, las hojas muertas acumulándose en sus puertas
- Seguro no lo extrañaré- me dije y continué al centro de la avenida desierta. Cerré mis ojos y sentí millones de llamas blancas quemarme el pecho. Sobre mí, un fino y azul torrente que se adentraba al centro de mi frente. Abrí mis brazos y en un poderoso segundo se sintió un estallido sordo golpear cada habitante en sus grises corazones.
Un latir profundo y conjunto se escuchaba sonar. A lo lejos, desde lo profundo, desde hace tanto que no podían recordar, sus ojos como luciérnagas en la tarde que cae, encendieronse de una llama intensa.
En el cielo, una esfera de fuego fulminante, con sus cálidos rayos de nirvana borraba la añeja oscuridad.
Sí, esta vereda a veces me parece mas estrecha, como encogida por el tiempo. Mis pies ya conocen el calor de la piedra y el filo de las palabras; su desnudez los fortalece.
Cada noche bajo las estrellas, con toda la energía de mis arboledas de ceniza me adormezco en la luz, tal vez con el ansia de despertar, o con el esperanza de encontrarte en otro lugar donde la distancia no existe, tal vez con la expectativa de no despertar. Nadie tiene una certeza de ello. Lo único que te pertenece es el suspiro que te queda en la boca cuando entras al caudal irredimible de Morfeo. Yaces en la espinosa carretera y te vas, te derramas tiñendo la tierra. Y yo, me voy como la penumbra, que parece seguirte en la distancia, cautelosa y serena, blanca en el misterio sigiloso de tus manos.
No existe nada en este lugar sagrado, ni siquiera la pregunta que resuena pregonando debilidad, ni la antorcha lunar de tu luz en la vena que me alimenta, ni siquiera el manto de estrellas cubre mis demonios, Quisiera pensar que cae una estrella, pero nada en la NADA es real gracias a ti.
viernes, 3 de septiembre de 2010
La consonancia de tus besos tan solo puede ser el universo!
Vestido de pecado se sacude la sien, húmeda de culpa, proveniente de la fractura en su alma, esa que dilata en reparar, esa, la ancestralmente icónica. Se arrodilla frente a la imagen y persigue en su mente la poca fé que le queda, a cuenta gotas la persigue hasta quedarse jadeante frente al altar, con sus manos extendidas como signo de rendición.
Desmayado del cansancio espiritual y en silencio, intenta impacientemente ponerse de pie, sosteniéndose ansiosamente de la butaca de recolección, de la albacea del dinero de sus farsantes cómplices.
- Yo creí NO SER….mas SOY…YO SOY…! – soltó en un grito desaforado.
De su pecho, tres llamas blancas envueltas en un resplandor violeta quemaban sus retinas haciéndole llorar insaciablemente. Sus lágrimas, sucias, cual tinta de la noche sesgaban un sendero por sus ropajes raídos, trazando esquemas alegóricos de salvación.
De su boca millones de insultos emergían de lo profundo como engendros amorfos, que acumulados entre los dientes, detrás de la lengua y aferrados a su garganta como costras añejas se habían guarecido en él como hogar vendido.
En su frente un brillante ojo azul, transparentemente invisible a la percepción física, fulguró en índigo resplandor y de su espalda brotaron victoriosos dos pequeños gajos en forma de col, que amodorradamente se retorcían con animo mañanero, expandiéndose, despertándose a la luz, al son de las llamas en su pecho agitábanse danzantes.
-Radiante y brillante, sin impurezas ni limitaciones, sin edad ni tiempo ni imperfección. -
- YO SOY-
- Y pensar que lo único que hacía falta era admitirlo- pensó.
Alma Errante, Libre, Constante, Desafiante y Absurda, Dominantemente Aguda y Honesta hasta los límites indeseados, Fría Luz Consoladora, Amante del Imposible y La Aventura, Adictiva y Mortal.
" Je sais pas comme tu t'appelle, tu ne qu'un souvenir, inéxistant et soufflé au milieu de mes rêves, des époques noirâtres, melangés avec du désir, du futur, du destin" Amanda Herrador en Sans Identité Fixe chanson: "TOI"
Sans Identité Fixe!
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