Mi sol sale a las seis de la tarde.
No le molesta peinarse el incienso,
ni sacudirse la basura acumulada del día.
Amanece en cuarto consciente
alzándose sobre mi pecho.
Se que ha amanecido
cuando el suspiro de ancestros llega
y me impide respirar,
Inspiro.
Ese suspiro cree en mis manos que
se eclipsan y en su oleaje,
en el tímido retoño de satisfacción
que hace florecer.
Mi sol no conoce de voces
el silencio es su universo.
YO una gota de rocío que flota en la nada
cuando al fin despierto.
SOY cuando viene
me paseo regando el tiempo
pariendo margaritas en el viento.